“En 1990, el 52% de la matrícula accedía a la universidad, y 48% a institutos profesionales o centros de formación técnica. En 2007, el 66% de la matrícula se concentra en universidades y sólo 12% de los estudiantes está en un centro de formación técnica”, afirmó Mónica Jiménez.
La máxima autoridad de la educación nacional explicó que impulsar la formación de técnicos debe ser de suma importancia para la planificación futura.
“Nos interesa relevar, desde el punto de las políticas de educación superior, la promoción de una oferta de calidad pertinente que incluya de manera relevante la formación de técnicos y las oportunidades de articulación que permitan hacer de este nivel de formación, un componente válido y valorado en el contexto de la educación superior”, sostuvo la Ministra Jiménez.
Para la secretaria de Estado, se debe incentivar y valorar socialmente a aquellas carreras que forman al profesional calificado que el país requiere en la actualidad y que, además, entreguen las condiciones esenciales de calidad, pertinencia y “empleabilidad”. En resumidas cuentas, “debemos establecer las necesarias articulaciones entre los distintos niveles de formación superior, que permitan recorridos desde la formación técnica hacia la formación profesional o universitaria, como desde esta última hacia la formación técnica, para estimular una formación de calidad, donde la formación técnica adquiera la prestancia y la jerarquía que tiene para el desarrollo productivo y social del país, y no continúe planteándose como una alternativa casi asistencial, destinada a una población vulnerable, pero sin un compromiso real de sacar a sus egresados de esa condición de vulnerabilidad”, declaró la Ministra Jiménez.
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